Pese a no haber llegado a la primera
quincena de agosto, estoy ya en preparación maratoniana. Los kilómetros pesan
en las piernas porque tengo que compaginarlos con dos sesiones bastante
intensas de fortalecimiento, y es que para aguantar 42km…¡hay que estar muy
fuerte!
Julio fue infernal en Valencia, con
días y días de 85 y 90% de humedad, en el que el aire costaba de respirar, pero
ya pasó y al fin estoy en Soria para buscar un poco de alivio, al menos durante
las mañanas y las noches. Yolanda Gutiérrez me acompaña en esta aventura, ella
rumbo a la maratón de Nueva York y yo con mi reto de mejorar mi marca personal
(2:38’05’’) en Valencia el próximo 15 de noviembre. Las dos estamos entrenando
muy duro y muy motivadas. La verdad es que convivir con alguien con las mismas
inquietudes y capacidad de sacrificio, consigue que los días difíciles no lo
sean tanto, y que, al menos te cruces con alguien que se está dejando la piel
como tú en cada sesión y pienses que tampoco es para tanto el dolor de piernas.
Los y las maratonianas somos así,
vivimos los minutos del día como un regalo en los descansos y como una
invitación a vivir al máximo en los entrenamientos. Así pasan lentos, pero
seguros. Son nuestros días preparatorios para algo que nos llena tanto que no
podríamos vivir sin ello, cruzar la meta tras 42.195 largos metros. Sé que no
es algo fácil de entender. Mis “vacaciones” van a consistir en sesiones duras
por la mañana, aprovechando el fresco que nos ofrece esta preciosa ciudad y
alrededores, y otras un poco más sosegadas por la tarde (aunque con los
músculos recordando que no vas de vacío, y pesan las piernas). Se trata de
vivir el momento, “carpe diem”, y que nada te quite todo lo que se puede llegar
a ir recogiendo, en forma de experiencias para ayudar a conocerte un poco más.
Y pienso que sólo un buen maratoniano gestiona a la perfección su cabeza. ¡No
sólo valen las piernas!
En esta distancia es una lucha contínua
contra las adversidades que van apareciendo en forma de contracturas, viejas
lesiones, indigestiones, cansancio, algún tábano que otro…y no por eso dejas de
pelear.
El resultado de este camino puede ser
grande, casi perfecto, y la satisfacción del trabajo bien hecho es lo único que
me va a quedar siempre, por encima de podios o grandes marcas.
Voy a tratar de confiar en mi fuerza y
mi preparación del día a día, como una hormiguita, para que pueda enorgullecerme
el 15 de noviembre de todo lo que he hecho hasta llegar aquí. Al ataque…
Agradecimientos, como siempre, a mi club Cárnicas Serrano y a todos mis patrocinadores Rudy Project, Evasion Running, Puntdesabor, 226ERS, Skechers, TomTom , Compressport :)
Ánimo Marta.
ResponderEliminarEl dolor es temporal, el orgullo es para siempre.
Gracias XCM!! por eso me dejo la piel en cada entrenamiento. Un saludo
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