Si nos metemos de lleno a estudiar sobre
este deporte, no podemos negar el carácter individual que conlleva correr. El
afán de superar a aquél que tenemos delante es la esencia misma del
atletismo. Además, ¿quién no se ha puesto en la situación de considerar su peor
rival (y que más satisfacción le aportaría batir) a su propio compañero de entrenamientos?... sin
ninguna maldad, y es que este es un deporte, como ya habíamos comentado, eminentemente
de triunfos individuales.
¿De verdad siempre es así? ¿Qué ocurre entonces en nuestra mente cuando se organiza una carrera en la cual vale tanto mi marca como la de mis compañeros? ¿y si todo suma?
¿De verdad siempre es así? ¿Qué ocurre entonces en nuestra mente cuando se organiza una carrera en la cual vale tanto mi marca como la de mis compañeros? ¿y si todo suma?
Existen competiciones por equipos, como los campeonatos de España de campo
a través, de media maratón o por federaciones autonómicas. Donde te creas una
identidad grupal a dentro de un montón de personas que corren juntas…pero aún
hay otra modalidad mejor, los relevos.
Por supuesto estamos cansados de ver a los de 4 x400 o 4 x100, donde entre los
jamaicanos y estadounidenses nos hacen vibrar en el sofá. Eso nos queda lejos.
A nosotros, realmente nos llena formar parte, recibir el testigo y correr,
sabiendo que estamos contribuyendo a algo más grande que nuestro propio ego….un
ego multiplicado por 6.
Hace unos días corrí con mi equipo, el Serrano Club de Atletismo, el Ekiden Valencia. Se trata de una
maratón por relevos y se divide en 6 personas con las distancias y el orden
siguiente: 5000, 10000, 5000, 10000, 5000, 7.195.
Foto de grupo con mis compis del Cárnicas Serrano (foto de FedeFotografía) |
A priori era una carrera de compromiso,
no había premios económicos, llevaba una semana con bastante carga de
entrenamientos y además estaba a una semana del campeonato de España de media
maratón (uno de los objetivos del año)…pero qué queréis que os diga, disfruté
como una enana animando a mis compañeras (a mi me tocó el último relevo),
trotando de un lado a otro bajo un sol abrasador y descontando minutos para
saber a qué hora me iba a tocar colocarme en línea de salida para recoger una
banda de tela (el tasuki o relevo) que me pasaría la quinta relevista y
arrancar mi última posta.
Es una sensación como de electricidad,
yo que soy una persona acostumbrada a enfrentarme desde la soledad del fondista
a las adversidades de competición, aquella que notaba desde el momento en que
dí un paso al frente y me coloqué en la
zona del paso de relevos. Empezaba mi
turno, mi carrera y momento y todas dependían de mi a partir de ese
instante…se lo debía a mi equipo porque confiaban en mi (o en mis piernas).
Últimos metros de mi relevo (foto De Hastphoto) |
Así que empecé a correr, piernas
livianas, rebosantes de fuerza y energía, aquella que te brinda la motivación
de sentirte parte de algo. Las ganas me podían.
Puedo decir que me encanta este deporte
en todas y cada una de sus vertientes. Pero cascarme con ese calor, adelantando
a gente, haciendo todas las eses inimaginables, subiendo y bajando, girando
180º y metiéndome por tierra, una pedazo de contrarreloj…eso sí que mola.
En meta (foto de Alexis) |
Al final, pues mira, no ganamos. Pero me
quedo con una mañana espectacular, rodeada de mi familia del Cárnicas Serrano y sensaciones buenísimas
con risas aseguradas. Compartiendo experiencias y esfuerzos para lograr un
objetivo común, eso es lo grande del atletismo, por eso, a pesar de que no crucé la primera la meta…nosotras nos llevamos también el triunfo. De eso estoy segura.
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