miércoles, 17 de abril de 2013

CASI-MARATÓN DE ROTTERDAM

Como ya he dicho alguna vez...esto es la maratón. Para mi la distancia más difícil que hay y la más bonita, pero también la más cruel en ocasiones. El domingo no pude acabar Rotterdam, un cúmulo de circunstancias desde que dieron la salida hasta el km28 donde decidí dar por acabada la aventura de 4 meses de trabajo. 
En línea de salida estaba demasiado nerviosa, sabía que lo que me proponía hacer era muy difícil y que yo no soy precisamente (como me confirmaría yo misma después) un reloj llevando ritmos. Hacía viento, casi toda la primera parte de la carrera en contra y los horribles últimos 5km también, además había estado lloviendo, aunque parecía que nos daba tregua. 
La salida fue rapidísima y sin querer me pasé, lo malo es que también había mucha gente y no vi los kms hasta el 5, donde me di cuenta que tenía que regular...pero no podía! me daba muchísima rabia a la vez de impotencia porque no hay nada peor que empezar demasiado rápido una maratón. Caían los kms y me daba cuenta que "coger" el 3'42" que me había propuesto era tarea imposible para mis descansadas piernas y que de vez en cuando me daba algún aviso la pequeña tendinitis de peroneos que me había dado guerra las últimas dos semanas. Esto iba agobiándome bastante y en el km 10, no sé por qué (o no lo vi, o no estaba) no pude coger mi bidón en el avituallamiento, así que segundo gran error, saltarse un avituallamiento. 
Por fin llegó el km15, yo, la verdad me veía bien, el gel de 226ers me ayudó, y había conseguido medianamente regular mi ritmo, pegándome a un chico durante unos kms, pero el aire en contra y no tener un grupo en el que guarecerse iba a hacer mella unos kilómetros más tarde. Todavía iba demasiado rápida.
Al paso por la media maratón fue cuando decidí que me había, literalmente, suicidado. Empezaba a darle vueltas a la cabeza porque no estaba tan bien como me habría gustado, tenía un poco de sed (mala señal, nunca, nunca, nunca os saltéis un avituallamiento en la maratón), empezaba a hacer calor, el peroneo se había cargado y la zona del romboides (la zona del omoplato) me empezaba a molestar como hacía un mes. Entonces vi el paso: UN MINUTO MÁS RÁPIDA!!! ¿Pero estamos locos o qué? Bajé el ritmo lo que pude, me puse casi a 3'50'', pero el mal ya estaba hecho y la cabeza centrifugaba a 1000rpm. Ya no conseguí encontrarme bien al ritmo que fuera, vi a Luis en el km22 y le dije que no andaba bien, las subidas ya no eran ninguna tontería, y menos la del Puente de Erasmo en el km26, donde le pedí agua a mi padre y me lamenté de no saber qué hacer. Tras el túnel del km 27,  y con flato añadido, ya lo tenía claro...tenía que abandonar.
La decisión es horrible, difícil y te sientes como una mierda, pero hay que tener en cuenta que la temporada sigue y si paraba todavía tenía una oportunidad en mayo y junio de correr...de otra forma se acabó, terminaría 20' o 30' por encima de lo que quería y probablemente a rastras.
En el km28 me aparté, aguantando las lágrimas pregunté cómo llegar a la línea de salida y caminé hasta allí como un zombi.
La recuperación es lenta, sobre todo psicológica, ya probaré a correr y si el peroneo da guerra o no, pero la verdad es que me debo de quedar con otras vivencias también durante el fin de semana.
El contacto tan cercano con atletas de élite de la talla de Alessandra Aguilar o Adriana Nelson no tiene precio, las amistades que logras, los recuerdos que te llevas, la increíble organización, desviviéndose por ti a cada momento es algo que me guardaré y, desde luego, saber que de estas caídas los grandes atletas se levantan más fuertes.
Esperando en el hotel de la organización para que nos lleve al autobús a la carrera

Muchas gracias a todos y todas por los ánimos, por los mensajes de apoyo, que inundaron las redes sociales durante estos días, a mi entrenador Abel Antón Rodrigo, a mi club Clínica Dental Seoane-Pampín y a mi manager Jesús Oliván por hacer todo esto posible, a Evasión Running porque para correr hace falta equipación y se han desvivido por que nunca me falte de nada y a los suplementos de 226ERS, por conseguir que me haya podido recuperar de los durísimos entrenamientos con sus sales, los carbohidratos y las proteínas.
Voy a seguir luchando, no lo dudéis.
Saludos
Últimas rectas antes de salir

El km22 y subiendo una mini cuesta, de esas que ya empezaban a no sentar tan bien...


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