El fin de semana no es que haya sido de lo más agradable.
Llegaba en buena forma y con toda la ilusión a uno de los campeonatos que más
alegrías me ha dado, el campeonato de España de 10k en ruta, ya que había
conseguido dos bronces en 2012 y 2013. El viernes tocó madrugón de los buenos
para subirme al avión que me llevaría a Santiago y ya en el aeropuerto empecé
con el atletismo a tope encontrándome con Ouais Zitane y Luis Félix, que
también iban a probar suerte a Padrón. Unas risas, conseguimos sentarnos juntos
y la mayor parte del viaje a dormir (no en vano el vuelo salía a las 6:45am).
En tierra nos esperaba otra súper atleta, Yolanda Gutiérrez, que nos recogió y
nos repartió por los hoteles (mil gracias una vez más por aparecer en tu día
libre a las 8:20 de la mañana!).
Esperando en la cola para subir al avión con Ouais y Luis Félix |
Por supuesto lloviendo todo el tiempo, para variar en
Galicia, pude descansar un poquito en el hotel hasta que me decidí a ver un
poquillo de Santiago, cómo no ver la catedral! Y afortunadamente para mi ya he
estado varias veces allí porque esta vez me tocó llena de andamios (imponente
todavía, eso sí).
Pues a comer un poquillo y a esperar, porque por la tarde
llegaron Sonia Plaza y Alberto con el cochecito que habíamos alquilado para ir
a Padrón.
Al día siguiente (sábado, el de la carrera) volvió a
amanecer en su línea, gris y lluvioso, pero nos pusimos en camino nada más
desayunar, queríamos recoger el dorsal con toda tranquilidad y ver el circuito
con el coche. Costó un poco más de llegar de lo que pensábamos (realmente, nos
pasamos el pueblo y aparecimos en Pontevedra, jeje), pero con plano del
recorrido en mano nos decidimos a entrar en materia, no era muy halagüeño:
asfalto parcheado, muy levantado, irregular, charcos por todas partes,
estrechito, con zonas de mitad camino de baldosas y mitad tierra, tres buenas
subidas que cortaban por completo el ritmo, una zona con 10 o 12 badenes cada
15 metros y para colofón 300m de adoquín en la última parte, con bajada y curva
peligrosilla por un agujero…y a todo esto, 2 vueltas. Bien, estaba claro que el
circuito no era para hacer marca, pero tocaba competir de todas formas, a eso
habíamos venido ¿no?
El resto fue más facilito, recoger el dorsal sin ningún
problema y rumbo al hotel nuevamente para comer y descansar.
La ropa de batalla |
Cuando tocó volver a Padrón, sinceramente, diluviaba, así
que nos metimos en la casa donde repartían los dorsales. Ya allí empezamos a
coincidir con la gente. Esa siempre es la mejor parte, nos conocemos todas
desde hace años y considero que el atletismo tiene algo que no puedes encontrar
en ningún otro deporte, el compañerismo, la amistad, las ganas de vernos. Yo
disfruto de verdad al formar parte de este grupillo de atletas que luchamos en
cada competición por lograr estar lo más adelante que se pueda, pero con un
respeto increíble, no sólo por la que llevas delante, sino por la de al lado y
aquella que esta vez va sufriendo haciendo cada vez más la goma. Sabemos que
esto es muy difícil, que cada día es un reto y la necesidad de cada una de
sentirse apoyada por todas las demás. Bromeamos, nos retamos, nos burlamos
sonriendo de nuestra propia actuación anterior y felicitamos a aquellas que
triunfaron en carreras previas. Es una satisfacción poder vivir esto en primera
persona y es de las pocas cosas que nunca echas de menos aunque ocurra algo que
tuerza la competición posterior.
En estas, calentando se me presentó el padre de Alessandra
Aguilar, estas pequeñas cosas hacen grande nuestro deporte.
Una de las zonas en las que no había asfalto, con mi compi Sonia Plaza |
Pistoletazo de salida y sálvese quién pueda, todo aquél que
por las marcas un tanto discretas de las chicas que hicieron podio pensó que
fue táctica, se equivoca del todo. Primer mil (yo) a 3’18’’, ritmo de 33’, y
bien lejos de la cabeza, aquello prometía ser muy muy duro, ya que el terreno
no era precisamente para volar! Poco a poco la cosa se fue calmando y yo me
conseguí pegar a Alba, Marisa y Raquel, en un segundo grupo del liderado por
Paula Mayobre, Verónica Pérez y Paula González. En el km 4 nuevo tironcillo,
Paula Mayobre se está quedando, Gema y Ester Navarrete quedan en medio y Alba,
Marisa, Raquel y yo conseguimos adelantarlas (aunque no quedan muy lejos).
Parece que Raquel pierde un poco de fuelle y yo al poco también, pero viendo de
cerca a Alba y Marisa, que escalan posiciones hasta ponerse casi a la par de
Paula Mayobre.
Último puente de la primera vuelta, subida dura y a la vez
giro de 90º, Gema me adelanta y el dúo ha dejado atrás a Paula Mayobre, todavía
están cerca en la bajada del puente, con 90º, adoquinado y agujeros que
sortear, voy cascadita pero esto es casi el km5 y la cabeza está cerca, veremos
qué pasa (pienso)…
Pero pasó algo que no imaginaba, de repente un dolor agudo
en el gemelo izquierdo, grito (más del susto que de otra cosa) y me paro…se
acabó para mi, no me lo puedo creer, me pongo a caminar hacia meta, me arranco
el dorsal de la rabia, cojeo un poco, la gente me anima muchísimo, tengo ganas
de llorar. Enseguida me indican dónde están los fisioterapeutas, no tengo las
llaves del coche y hace frío para ir en braguitas y top por ahí. Menos mal que
un chica se apiada de mi y me deja una chaqueta de chándal mientras me intentan
descontracturar. En fin, allí hay un ambiente muy distendido y lo agradezco de
veras, mi cabeza en esos momentos es un torbellino y necesito evadirme un buen
rato, sigo en shock.
Consigo bajar de la camilla y con un caminar un poco más
decente, le devuelvo la chaqueta a la chica y me congelo hasta que consigo
llegar al coche donde me esperan preocupados Sonia y Alberto, y me abrigo, por
fin. Sondeando descubro que ha ganado Paula González, cerquita Verónica y
detrás Alba (lo esperado, sinceramente, yo repartía las medallas entre ellas
tres), Alberto ha hecho marca personal, Sonia no está muy contenta con las
sensaciones y no se encuentra muy bien y Luis Félix es campeón de España de su
categoría. Me alegro mucho, es la primera buena noticia en un buen rato, así
que prefiero focalizar en eso.
por fin llegamos al hotel y me ducho con agua bien
caliente, mañana será otro día, pienso, y será mejor que este.
Y efectivamente lo es. Y el otro también. Y mañana, confío,
iré retomando la confianza, no está todo perdido, porque de tropezones más
gordos me he levantado. Y lo haré con más fuerza si cabe.
Un abrazo a todos. Sobre todo a los que habéis conseguido
acabar esta interminable crónica ;)
En casa y con ropita nueva de Evasión Running, a ver si la estreno cuanto antes :) |
COMEQUILOMETROSSSSSSSSSSSSS, APARECISTE EN PONTEVEDRA Y NO SALUDASTEEEEEEEEEEEEE, MUY MAL EHHHH. ANIMO CRACK
ResponderEliminarjaja, sí pero fue breve, enseguida dimos la vuelta. Un abrazo
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